miércoles, febrero 06, 2008

Las visitaciones del diablo

Reseña
De Emilio Carballido
Por Israel López Reyes
Las visitaciones del diablo. Libro ingenioso, arrebatador, jocoso, seductor, que a uno lo convierte en cómplice de los personajes. Emilio Carballido desarrolla una trama en la describe un momento clave en la vida de la familia Estrella y al mismo tiempo retrata la vida nacional de su tiempo. La mayor parte de la historia se desarrolla en una casa antigua, enorme, impresionante, monstruosa, llena de corredores y escaleras que suben y bajan, en la que conviven innumerables opuestos y sus puntos intermedios, de manera que a la distancia conforman un mosaico bastante rico que podría antojarse equilibrado. Algunos de los opuestos son la presencia de Félix, un jefe de hogar que casi no lo habita, hombre de negocios, juarista, liberal y mujeriego que contrasta bruscamente con su esposa, Arminda, la señora de la casa, religiosa en extremo, conservadora, mojigata, que escasamente sale por cuidar a su hija lisiada, Ángela; asimismo conviven diversas clases sociales: los sirvientes y los señores; finalmente, es notoria la presencia de representantes de todas las edades: una niña, la pequeña Egas que le teme a la oscuridad de la casa; los señores de la casa, adultos maduros, y una anciana, la nodriza de varias generaciones, la abuela Toña. El intermedio de todo lo anterior son los jóvenes, tan abiertos e incipientes en una nueva vida que están dispuestos a entremezclarse con los opuestos sin fundirse en éstos. Ellos conviven con los otros, ríen, juegan y se aman o creen amarse, pero guardan su distancia, reservando su posición para un futuro en el que formarán parte inevitablemente de un bando o de otro, pero no aún.
Dos jóvenes, Lisardo y Paloma, se integran a la familia Estrella casi al mismo tiempo, son dos caras de la misma moneda, pues a pesar de que ambos son huérfanos, uno ha recibido el apoyo de la familia desde muy niño, cuando se quedó solo, por lo que tiene una posición de hijo de familia; mientras que la otra, al haber quedado al desamparo recientemente, es acogida como criada. Sin embargo, cada uno debe encontrar el rol que puede desempeñar en su entorno además del que le ha sido asignado por la familia, ya que a ninguno le satisface.
La mitad de la historia ocurre de día, cuando la claridad revela ciertos rasgos aparentemente constantes y confiables de los personajes, pero la otra mitad se desarrolla en la noche, una noche muy oscura con una espesa niebla, que funcionan como un doble velo que sirve a los personajes para ocultar otra faceta de su vida. La presencia de una casa tan compleja y una penumbra inexpugnable constituyen una combinación perfecta para la permanencia de cualquier misterio, incluso parece ser un ambiente antojadizo para un espectro, para que el diablo ronde los pasillos y asalte a los huéspedes de la casa. Pero acaso sirve también para que en la casa habite algo aún peor que Satanás, capaz de infligir un dolor mucho mayor que el atribuible a un demonio, y es que como dice Lisardo: “A veces es muy carnal el dolor humano”.

martes, febrero 05, 2008

El Tren que corría

Reseña
De Emilio Carballido

Por Alejandra Hernández Flores

Una verdadera delicia se vuelve este libro, en el que Emilio Carballido logra captar, con su peculiar forma de escribir, toda la atención del lector desde el primer momento. Las situaciones divertidas que se presentan y que inmiscuyen poco a poco a cada uno de los personajes hacen de la lectura algo entretenido y agradable. La aventura inicia cuando un grupo de personas pierden el tren que los llevaría a Monterrey, por lo que son “invitados” por Damián, un oportunista y osado chofer, quien sobrevive a expensas de infortunados como ellos, a subir a “YA BAS”, un vehículo destartalado prácticamente inservible, para alcanzar el tren antes de que llegue a la primera estación. Así las vidas de individuos bastante diferentes entre sí, con el único interés común de alcanzar el tren, se verán entremezcladas durante todo el viaje. La travesía se vuelve un verdadero vía crucis para los protagonistas a partir del momento en que se enteran de cuánto deberán pagar por el servicio al que fueron “invitados”, pero posteriormente se enfrentarán a una serie de problemas que retrasarán aún más el alcance al tren tan prometido por Damián. Carreteras oscuras y silentes forman parte del escenario donde Ramón, el ideólogo de campaña de un político; Nora, la actriz no descubierta aún; Chela, una mujer madura con la esperanza de casarse con un hombre joven y rico; Gilberto, el típico galán bien vestido; Leocadia, una anciana humilde, hosca y desconfiada y Damián, el conductor, se mostrarán ante los demás tal cual son, sin temor a ser criticados, haciendo de la convivencia entre ellos algo más que una amistad.