lunes, mayo 25, 2020

... pero no imposible. Bitácora de la transformación de una biblioteca escolar y su entorno.


De Claudia Gabriela Nájera Trujillo.

Reseña

La promoción de la lectura. Tema apasionante para quienes valoramos esta actividad tan placentera y además estamos involucrados de cualquier manera con la educación. Dentro de las vicisitudes relativas a la cercanía con el contexto escolar me he aproximado en la medida de mis capacidades y posibilidades a la promoción de la lectura en mi entorno. En medio de estas andanzas me he topado con el texto de Claudia Gabriela, y lo mantuve en un lugar preferente dentro de los libros pendientes de leer porque me anticipaba una experiencia bastante cercana a lo que deseaba que se acercara mi realidad. Por fin he podido leer de principio a fin el texto tan anhelado y puedo decir que mi alta expectativa ha sido satisfecha.
La narrativa de Claudia Gabriela, tan abundante de detalles sobre la cotidianidad de la escuela pública, con sus sabores agridulces, sus claroscuros, las circunstancias esperanzadoras y las amenazantes, las recompensas en el desarrollo del goce de la lectura en los pequeños y en los adultos, las trabas de personas con una visión diferente de los deberes de una bibliotecaria, las sonrisas, miradas y suspiros de los incipientes y jóvenes lectores, así como pequeños desencuentros con ellos mismos, son un jugoso conjunto de experiencias que ofrecen un paseo delicioso a través de las letras que la autora ha tenido a bien designar como las responsables de dar fe de su paso por una escuela primaria, en una etapa de su vida en la que dejó una posición de considerable jerarquía en la educación pública de su estado como planificadora de estrategias de promoción de lectura para insertarse en el corazón mismo de los procesos de desarrollo de pequeños lectores, a ras de suelo, en contacto directo con los beneficiarios de las acciones de promoción de la lectura que en otro tiempo diseñaba.
Me quedo satisfecho con la lectura del texto de Claudia Gabriela, agradecido por la honestidad con la que se expresa, al reconocer los éxitos y los desafíos, los aciertos y los errores, y ofrecerlos para lo que sea que al lector le puedan servir. Para mí son, además de amenos, un motivo de reflexión por haber identificado en el escenario desafiante que se detalla en el libro muchas similitudes con lo que vivo de manera cotidiana en mi propio ambiente laboral. El leer el texto de esta inquebrantable promotora de lectura es del todo motivante para dar lo mejor en las acciones, grandes o pequeñas, que constituyen cualquier trabajo del que uno sea depositario en el demandante ramo de la formación de personas, que es la misión de la escuela pública. Por lo que se puede leer en las páginas que conforman el libro en el que Claudia Gabriela nos obsequia sus vivencias me es posible decir, sin lugar a dudas, que se trata del valioso testimonio de un auténtica bibliotecaria, el cual puede servir de mucho a quien tenga deseos de internarse en la maravillosa empresa de la promoción de la lectura.