sábado, noviembre 27, 2010

Opiniones poíticas de un disidente político

Voy a permitirme hacer algo que no quería para este blog, pero lo encuentro necesario y trataré de que no sea tan frecuente, voy a hablar de política. No he querido plasmar aquí mis pensamientos políticos primero por temor a represalias, pero ya no temo eso, aprendí de alguien a quien admiro mucho que si haces públicos tus pensamientos eso te protege hasta cierto punto, pues si te hacen algo la gente sabrá quiénes eran tus enemigos. De cualquier manera de qué sirve simplemente molestarse porque pasan las cosas si no te vas ni siquiera a dignar en expresarlo en un blog, y más en un blog que quizá nadie lee. Pero añado una recomendación, si alguien no quiere correr el riesgo de enfurecerse poir leer una serie de planteamientos políticos razonables, será mejor que no lea esto.
En fin, hoy acudí a un curso organizado por el SNTE, una organización sindical de México que aglutina a muchos maestros, desde niño crecí con la información de que el SNTE era la organización sindical más grande de América Latina. Me hubiera atrevido a asegurarlo, pero, honor a quien honor merece, una antigua compañera de trabajo algua vez me censuró por decir que una escuela era la más grande de México sin tener la evidencia de tal hecho (una que tenía al interior a cuatro directores para hacerse cargo de tantos grupos, nomás imagínense).
En fin, hoy hice uso de la tolerancia que he ido adquiriendo con los años para escuchar algunas versiones de la historia que no comparto o que comparto en parte solamente. Una de las profesoras hizo declaraciones que me parecieron un desafío al honor de los profesores veracruzanos, se atrevió a decir que los beneficios que había obtenido un segmento político al interior del SNTE eran convidados a los grupos opositores y que éstos no daban nada a cambio, Eso se me hace verdaderamente un insulto, pues el que el grupo en el poder busque beneficios, que cabe aclarar es su trabajo, no los ocnsigue como pago a una gestión, sino en nombre de la labor de los maestros. Me voy a explicar mejor. Los profesores que forman parte de la corriente en el poder buscan beneficios, pero el patrón, o sea, el gobierno, no se los da como pago a la gestión que hicieron, es decir, no llegan y dicen: "Danos tal beneficio porque hicimos el esfuerzo de venir a pararnos aquí a pedirlo" y, a su vez, el gobierno no dice: "Les voy a dar este beneficio a los maestros porque se lo ganaron cuando vinieron a pedirlo". No, la corriente sindica de la que hablo llega argumentando la labor que desempeñan los maestros y su importancia para la sociedad, y esa labor la desarrollan los militantes de la corriente sindical en el poder pero también los no militantes, de manera que los beneficios que consiguen, que, deseo enfatizar, deben conseguir porque para eso están dirigiendo un sindicato, se consiguen en nombre del trabajo de los maestros, y, por tanto, merecen recibirlo todos aquellos maestros que están en las aulas partiéndose el alma, gastando dinero de sus quincenas para llegar puntualmente a lugares inaccesibles, poniendo de su bolsa para compplñar material didáctico (pues ninguna escuela de México tiene apoyo del gobieerno para gastos de operación), cooperando para las operaciones urgentes que necesitan sus alumnos, invitándoles la torta a los niños que no tienen para comprarla y llegan sin desayunar, etcétera, etcétera. Tengo para decir más, mucho más, porque lo he visto, pero creo que de momento con eso basta. Entonces no es posible que se diga que esos maestros no dan nada a cambio. ¡Mentira! Esa es una asquerosa mentira, los maestros dan mucho y los pocos beneficios que les dan a unos cuantos bajo un sistema muy bien armado pero aún bastante imperfecto como lo es Carrera Magisterial no son suficientes para pagarles por o que hacen. Los políticos se llenan la boca diciendo que los profesores están reprobados y que son flojos y que son irresponsables y demás bajezas, pero cuando los alumnos presentan logros medianamente significativos allí están listos para tomarse la foto y decir que es gracias a su gestión. Pero voy a decir les una cosa, cada vez que han echado tierra a los profesores por su desempeño o cuando se ponen a celebrar como pavorreales un resultado lo hacen sobre la única base de su conveniencia, porque no presentan los estudios que demuestren que los alumnos salen mal por culpa de los profesores ni los que demuestren que salieron bien gracias a los políticos. A demás de hacer evaluaciones del desempéño de los alumnos y de los saberes de los maestros (que aunque incipiente ya tenemos un buen tanto de ellas como para una firme línea de base), deberíamos contar con evaluaciones de las gestiuones de los políticos, si dotan de material necesario a las escuela, si cumplen con sus promesas de aumentos de sueldos o en su lugar mandan a matar a los profesores que piden que se cumplan los acuerdos como hizo el gobernador Ulises Ruiz en Oaxaca (y está libre el maldito).
Hoy tuve que tolerar escuchar que los movimientos magisteriales en Oaxaca no están en el camino correcto, pero, ¿qué deberían hacer los profesores cuando ven que a sus compañeros los acabaron a balazos?, ¿agacharse acaso? No. No, no, no y mil veces no. Tienen que luchar, tienen que sacar al asesino de sus compañeros del gobierno, antes de que mate a más gente. Quien lea estas líneas y no concuerde con mi punto de vista podría hacerme una pregunta bastante conveniente, que sería: "Oye, ¿eres un educador o un guerrillero?", y créanme que quizás no merezca responder como he pensado, pero lo que debería ser capaz de contestar todo aquel que se dedica a la tarea de enseñar es: "Soy un educador, y por lo tanto un guerrillero". ¡Ya basta de justificar a los asesinos sólo porque evitan mancharse las manos mandando gente a matar desde su oficina!
Hoy me tuve que chutar la versión de que Cuauhtémoc Cárdenas se vendió en la elección de 1988. Yo no coincido con eso, pienso que luchó hasta el final, pero si las instituciones se pusieron en su contra, ¿qué hacía?, ¡dígamelo alguien!, ¿comenzar una rebelión armada?, ¿con el costo en vidas que eso hubiera significado? YUo le agradezco que no lo haya hecho. Pero eso sí, estoy convencido de que Cuauhtémoc Cárdenas se vendió en el 2006, cuando desprotegió al candidato del partido que ayudó a fundar y posteriormente invitó a aceptar a un presidente sin que nadie tenga la certeza de que haya ganado las elecciones. Yo había llegado a la conclusión de que creer en la victoria de cualquiera de ls dos candidatos más fuertes a la presidencia es más bien un acto de fe, pues los ministros de la Suprema Corte de Justicia no nos permitieron despejar las dudas que con bases tan firmes quedaron en el aire. Pero como investigador de la conducta he encontrado algunas evidencias que me salvan de tener que recurrir a la fe para tener mi versión sobre quién ganó la presidencia, y es que el grupo de López Obrador deseaba que se volvieran a contar las boletas, lo cual hubiera significado su muerte política de resultar ser el perdedor, por tanto, se comportó como si supiera que había ganado, mientras que el grupo de Calderón Hinohjosa se opuso rotundamente a que se contaran las boletas, siendo que, de ser el ganador, sería lo que más debería haber deseado para eliminar sospechas y ganar credibilidad, adermás de despedazar a su principal adversario político; pero no, en lugar de eso defendió a uñas y dientes que las cosas se mantuvieran en secreto, es decir, se comportó como si tuviera la certeza de que había perdido. Ese es mi dictamen con base en las conductas de los grupos políticos en cuestión. Ah, y el grupo de Honestidad Valiente, partidario deLópez Obrador, luchó hasta mucho más allá del final, es decir, continuó con la lucha pacífica aún después de que las instituciones se pusieron no sólo en su contra, sino en cotra de todo el pueblo de México, porque al desconocer los resultados verdaderos de las elecciones, los ministros de la corte pisotearon los votos aún de quienes apoyaron a Calderón, porque ellos deseaban participar en una elección democrática, la cual no fue respetada. Aclaré esto último de la lucha para que el día de mañana no vaya a salir alguien con que López Obrador se vendió, como si toda la lucha no hubiera existido nunca.
Ya me he desmandado lo suficiente por esta ocasión, hasta la próxima vez, en la que espero ya no hablar tanto de política pero sí de asuntos pedagógicos, aunque la pedagogía va de la mano con la política.